Conductas y hábitos recomendables para proteger la fertilidad
Cuando hablamos de la reproducción también se puede hablar de unas conductas y de unos hábitos recomendables, para proteger la fertilidad.
A continuación comentamos algunos, ya que aunque algunas de las indicaciones son para haberlas empezado cuando eramos niños, podemos ayudar a que nuestros hijos prevengan cualquier problema de fertilidad.
- Dietas sanas equilibradas, para evitar la obesidad o un peso corporal anormalmente bajo, ya que pueden generar trastornos endocrinos que afecten a la capacidad reproductiva.
- Corrección quirúrgica de la fimosis en el niño.
- Evitar deportes de competición que puedan provocar en las chicas adolescentes una falta de ovulación a veces difícil de revertir, importante sobre todo en atletas de alta competición.
- Prevención de las enfermedades de transmisión sexual. Algunas bacterias agresivas sobre las trompas de Falopio, como las clamidias, los micoplasmas y el gonococo, pueden dejar lesiones permanentes que alteran su funcionalidad. La mejor prevención es el uso de preservativo durante las relaciones sexuales de riesgo.
- No se cree que el uso de los anticonceptivos por sí mismo dificulte posteriormente la consecución de la gestación. Bien controlados y con revisiones ginecológicas anuales, no tienen porque comportar una posterior esterilidad.
- Lógicamente el consumo de drogas, ya que provoca importantes afectaciones del sistema nervioso, además de otros efectos adversos.
- El consumo elevado de alcohol puede dar lugar a problemas reproductivos, tanto en el hombre como en la mujer.
- El tabaquismo puede comportar problemas reproductivos en el hombre, pero sobre todo en la mujer, en quien puede producir una reducción de la reserva ovárica de una forma precoz y un empeoramiento del pronóstico. Además de ser un factor de riesgo añadido de aborto, malformaciones, retraso de crecimiento fetal y sufrimiento durante el curso de la gestación y del parto.
- Cada vez aumenta la edad media de tener un primer hijo, lo que provoca que muchas de ellas tengan una reserva ovárica reducida, y por lo tanto, una menor fertilidad.
- El estrés puede ser el causante también de la esterilidad. De hecho, en estados sostenidos de ansiedad y ritmos de vida muy acelerados, se pueden dar trastornos tanto sexuales como neuroendocrinos, con repercusiones sobre las ovulaciones y la calidad seminal. Un cambio de estilo de vida podría ser la solución.