Ratones modificados genéticamente podrían usarse para detectar minas terrestres con el olfato
Los investigadores, del Hunter College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (Estados Unidos), han modificado genéticamente a los animales para estar 500 veces mejor equipados que los ratones normales a la hora de olfatear explosivos de minas terrestres.
Las minas terrestres ocultas son una realidad mortal en cerca de 70 países a nivel mundial, y su detección y eliminación es cara y peligrosa. En la actualidad, se usan detectores de metales, radares, magnetómetros y perros rastreadores para buscarlas.
Esta línea de investigación no es algo nuevo, ya que APOPO, una organización belga utiliza ratas africanas de carrillos gigantes que aunque no están modificadas genéticamente, son capaces de olfatear TNT. Se les enseña a arañar la tierra cuando detectan una mina oculta (por suerte, son lo suficientemente pequeñas para no hacer estallar los explosivos), pudiendo con 2 animales cubrir un campo en una hora frente a los dos días completos que tardarían los detectores de metal.
Su coste es elevado, ya que se necesitan nueve meses de entrenamiento para que lleguen a ser fiables, costando alrededor de 6.000 euros por rata.
Los ratones genéticamente modificados, sin embargo, son tan sensibles al TNT que se necesitaría poco o ningún entrenamiento. Charlotte D’Hulst, neurobióloga molecular en el Hunter College, ha utilizado la modificación genética para asegurarse de que los ratones tienen entre 10.000 y 1.000.000 de neuronas de detección de olores con un receptor de detección de TNT, en comparación con solo las 4.000 de un animal normal.
Este receptor odorante en particular fue identificado originalmente por Danny Dhanasekaran, un biólogo molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oklahoma (EE.UU.). Dhanasekaran señala que un olor se detecta por varios tipos de receptores de olor diferentes. Sin embargo, al crear mediante ingeniería una gran abundancia de un único receptor que detecte TNT, D’Hulst y sus colegas se aumentaría la sensibilidad para usos como la detección de minas terrestres.
Las investigaciones recientes sugieren que la estimulación repentina e intensa del sistema olfativo provocará convulsiones y que con algún sistema de señales de radio, se pueda controlar, informar y registrar el comportamiento de los ratones. Los investigadores todavía tienen que poner a prueba los ratones en estudios de comportamiento.