Genes de la bondad
Un estudio de la Universidad de Edimburgo, publicado en la revista Biology Letters de la Royal Society, cuenta que el comportamiento prosocial (aquellos actos realizados en beneficio de otras personas; maneras de responder a éstas con simpatía, condolencia, cooperación, ayuda, rescate, confortamiento y entrega o generosidad ) podría estar condicionado por la genética.
Los investigadores, dirigidos por el psicólogo Gary Lewis, trabajaron con una muestra de casi 1.000 parejas de gemelos, siendo casi la mitad idénticos (compartían todos sus genes). Para medir su tendencia a mostrar comportamientos prosociales les pidieron que valoraran en una escala del uno al diez si estarían dispuestos a testificar voluntariamente como testigos de un accidente de tráfico, a trabajar más horas de lo normal en la oficina o pagar más impuestos para que todos los ciudadanos tuvieran acceso a la atención sanitaria.
Al analizar las respuestas se dieron cuenta que los gemelos idénticos eran mucho más parecidos en sus respuestas que el resto, siendo las hermanas gemelas idénticas las que más “impulsos de generosidad” mostraron, especialmente en obligaciones cívicas y relacionadas con el trabajo.
Concretamente, Lewis y sus colegas han calculado que en las mujeres la personalidad prosocial dependería en un 48 % de factores genéticos, en cambio, el comportamiento de los hombres estaba más influenciado por el ambiente familiar, y sólo dependía de la genética en un 20%.