Alergias e intolerancias alimentarias

Alergias e intolerancias alimentarias

 

Los alimentos son el combustible que necesitamos para obtener los nutrientes necesarios en nuestro día a día. La mayor parte de la población puede consumir una gran variedad de alimentos sin que esto le suponga ningún problema. No obstante, hay personas que pueden sufrir reacciones adversas debidas al consumo de determinados alimentos. Estas reacciones pueden clasificarse en alergias y en intolerancias alimentarias. Ambos conceptos suelen llevar a confusión de manera frecuente. Las alergias alimentarias consisten en reacciones de hipersensibilidad del sistema inmunológico ante determinados alimentos, mientras que las intolerancias suelen tener causas relacionadas con el metabolismo de los mismos.

Las alergias alimentarias pueden ser de varios tipos:bodegon_diptico-intolerancias-alimentarias

– De tipo I: el sistema inmunológico produce anticuerpos IgE de manera inmediata a la ingesta del alimento. Los síntomas son comparab
les a los producidos por otros alérgenos (como, por ejemplo, el polen): picor, urticaria, asma o incluso en ocasiones grav
es pueden causar shock anafiláctico.

– De tipo III: el sistema inmunológico produce anticuerpos IgG de forma tardía, entre 8-72 horas después de haber ingerido el alimento. Ocasionan procesos inflamatorios que pueden convertirse en crónicos, y se producen por la ingesta repetida y continuada de determinado
s alimentos.

Por otro lado, las intolerancias alimentarias pueden tener síntomas coincidentes con los de una alergia; sin embargo, el sistema inmunológico no interviene en esas reacciones. Estas intolerancias aparecen cuando el cuerpo es incapaz de digerir correctamente un alimento o alguno de sus componentes por alteraciones metabólicas. Las intolerancias alimentarias más comunes son la intolerancia a la lactosa, consistente en la existencia de un déficit de lactasa, enzima necesaria para la correcta digestión de la lactosa, o la intolerancia a la fructosa, igualmente debida a una deficiencia enzimática.

Por último, y como caso especial, podemos resaltar la enfermedad celíaca. Considerada tradicionalmente como un trastorno digestivo, se trata de una reacción anormal del sistema inmunológico que provoca daños en órganos importantes como el intestino delgado, alterando la absorción y provocando, por tanto, deficiencias en la digestión y asimilación de nutrientes. Es por esto que no se considera una reacción alérgica clásica, sino una enfermedad sistémica y autoinmune.