¿Conoces las diferencias entre los diferentes tipos de zumos y bebidas de frutas?
Aunque llamamos a todo zumos, no es lo mismo un zumo exprimido, que un zumo concentrado que un néctar o una bebida de frutas.
Las cantidades de frutas y de azúcar varian considerablemente por lo que es importante conocer las diferencias y saber que estamos bebiendo o dando a nuestros hijos.
Un zumo exprimido, por ejemplo de naranja, se realiza con naranjas cogidas del árbol, las cuales si son compradas han pasado controles de calidad, y son exprimidas. El zumo solo lleva su jugo, ni agua añadida ni nada más.
Un zumo concentrado, consiste en quitar por evaporación hasta el 85% de agua de la fruta, quedando un concentrado reducido al 15% para su transporte a otros países. En el envasado se le añade el agua, los aromas y la pulpa perdida durante el proceso de concentración. La legislación permite que en esta reconstitución se añadan sustancias aromatizantes y vitaminas que provengan del concentrado del propio zumo de fruta o de otro zumo de frutas de la misma especie. También se puede añadir azúcar hasta un máximo de 15 gramos por litro.
Un néctar de frutas contiene un 50% de zumo, un 50% de agua y 50 gramos de azúcar, en el caso de la naranja. En el néctar de melocotón, el zumo mínimo es del 45%. En otras frutas puede llegar contener solo un 25% de zumo. Si en la caja poner “sin azúcar”, es lo mismo pero con edulcorantes.
Una bebida de frutas contiene un bajo porcentaje de zumo, alrededor de un 10% al cual se le añade un 90% de agua, y 100 gramos de azúcar, además de aromas, conservantes y colorantes.
Respecto a la vitamina C (nutriente esencial de efecto antioxidante) que se obtiene de modo natural en el zumo de naranja, la normativa permite a la industria añadir ácido ascórbico (E-300) para compensar la pérdida de esta vitamina en el tratamiento térmico.
Todos los zumos a base de concentrado deben informar en el envase de la adición de vitamina C (la norma obliga a un mínimo de 20 mg/l).
Dependiendo del tratamiento térmico al que han sido sometidos, ambos tipos de zumos pueden ser refrigerados o ambiente (no requieren frío). Los refrigerados sólo han sufrido pasteurización, por lo que han de conservarse en el frigorífico hasta su consumo.
Y ojo, que el zumo se encuentre refrigerado no es sinónimo de que sea “más natural” sino que los que no necesitan refrigeración, han recibido un tratamiento térmico más intenso, UHT, que garantiza su esterilización (ausencia de microorganismos).
Eso, si una vez abierto el envase de un zumo, debe estar en la nevera, para que mantenga de 2 a 6 días sus propiedades nutritivas y de sabor.