Defectos congénitos
Existen 3 tipos de malformaciones congénitas, pudiendo notarse o no.
- Las malformaciones morfológicas afectan a la forma física, al aspecto externo del bebé.
- Los funcionales afectan al funcionamiento de los distintos órganos del cuerpo.
- Los estructurales se deben a alteraciones de los genes o de las células.
Algunas enfermedades congénitas pueden ser transmitidos genéticamente dentro de una misma familia, y se dice que son hereditarios o genéticos.
Otras veces aparecen en un niño aislado sin que haya otros casos en la familia (suele ser debido a mutaciones genéticas), siendo entonces un caso esporádico.
Por su número, las malformaciones congénitas se dividen en aisladas, cuando son únicas, y múltiples, cuando están presentes dos o más en el individuo, ya que puede darse el caso de que el bebé tenga un único defecto congénito (espina bifida) o puede que tenga varios al mismo tiempo (labio leporino junto con hendidura del paladar).
¿Cómo prevenir las malformaciones en el embarazo?
Los órganos del bebé se forman en el primer trimestre de embarazo, que es el periodo más crítico por riesgo de malformaciones por lo que es conveniente evitar o controlar el consumo de alcohol, tabaco o cualquier tipo de drogas hasta como mínimo el final de la gestación.
También se debe tener cuidado con algunos medicamentos, consultando siempre al médico o ginecólogo.
La exposición a sustancias como el plomo, el mercurio, algunos pesticidas o fertilizantes o las radiaciones también suponen un peligro para el embarazo. Si se da el caso de que trabajes con alguno de estos elementos conviene que informes a tu empresa para que modifique las condiciones de tu puesto de trabajo.